Para quienes...

Para niños y adolescentes entre 3 y 17 años que hayan sufrido la pérdida de padre, madre o hermanos y para los adultos referentes que comparten este duelo; independientemente del tiempo transcurrido desde el fallecimiento del familiar.

En una primera instancia se trabajará en espacios individuales. De acuerdo a la evolución de cada proceso se propondrán sesiones vinculares y, posteriormente, encuentros interfamiliares.

La frecuencia y modalidad del trabajo dependerán de la situación específica de cada familia y se irán repactando durante el transcurso del proceso terapéutico.